Carta a un desconocido sin remitente || 1 || Desahogo sin sentido.

Hola tú.

En este momento me estoy desahogando un poco porque tengo andando demasiadas ideas en mi cabeza y a veces ya no sabes ni que idea conecta con otra y tu mente parece uno de esos dibujos en el que el globo de diálogo se llena con varios trazos aleatorios que parecen una maraña de hilo sin inicio ni final...

Bueno, pues justo así me siento.

Algo curioso es que sólo puedo contar aquí todo lo que me pasa porque tengo la certeza de que mi familia y amigos más cercanos no lo leerán; entonces esto se siente como si fuera un poco libre y pudiera ser sincera conmigo misma, aunque fuere por un breve momento.

Este hilo de sucesos comienza hace poco más de año y medio. Cuando ingresas a una comunidad no tienes idea de lo que vas a encontrar ahí y bueno, yo encontré un click sin saberlo.

Cuando empezamos, eramos conocidos, nos apoyábamos como compañeros del mismo barco y estaba bien. Luego comenzamos a jugar imprudentemente y subiendo de tono, y todo chido. Pasamos a un estado más tangible y después de eso todo lo demás alcanzó un nivel que se salía de nuestras manos. Ese click encendió algo que no tenía idea de como parar, pero que al menos estaba controlando.

Fueron días de muchas peleas (y peleas y discutes cuando algo te importa, haces el esfuerzo, un esfuerzo real, cuando realmente sientes que merece el esfuerzo), estuve emocionalmente inestable y mi cuerpo comenzó a resentir todo aquello. Estaba triste, me sentía incapaz de generar contenido por lo que tuve muchos atrasos, en mi trabajo no rendía como debiere (y agradezco al ángel que me ayudó a soportarlo. Gracias) y en la casa me encontraba altamente sensible. El desinterés iba ganando, nada tenía sentido como antes.

Seguramente ya notaste que estoy siendo ambigua pero solamente dos personas podrían entender todo ésto (tres si cuento a mi terapeuta).

Tras una reconciliación que requirió de mandar a volar una parte de mi dignidad, me di cuenta que no había hecho nada más que aplazar el desenlace de las cosas. Sólo estaba buscando pretextos para no abandonar ese click, sólo estaba buscando sin sentidos para seguir ahí, porque era cómodo y porque nunca antes había querido así.

Los problemas y discusiones regresaron, amortiguados por un falso desinterés de mi parte. "En serio no me importa, no me tienes que dar explicaciones, yo entiendo"... aunque sí me importara, aunque en el fondo me interesaban las explicaciones, aunque no entendiera porque sólo yo me sentía así.

Y un día todo explotó. ¿Por qué? Me obligaron a desnudar mi alma delante suyo. El click sabía exactamente lo que en mi corazón había y lo peor es que ni siquiera sabía por qué lo hizo. A este caso yo sí sé: me iba a utilizar. Estaba pensando (al menos en el subconsciente) que podría aprovecharse mis expuestos sentimientos para pedirme que fuera sólo de él... pero sin ser él sólo mío. Wow, impresionante, ¿no?

Jamás le pediría a nadie que dejara lo que tiene por mi persona. ¿Cómo podría aspirar a ser más que aquello que da felicidad? Sería distinto si yo fuera esa felicidad, si no fuera únicamente una paz que se extiende, un entretenimiento. Un algo pasajero.

Y no me molestaba ser todo eso, pero a costa de haberme descubierto no estaba dispuesta. Dejamos de estar en circunstancias similares y pasó a tener ventaja sobre mí. No quiero sentirme vulnerable, me aterra que pudieran lastimarme de nuevo.

Mi terapeuta dice que esto es algo mucho más complicado que haberme topado con esta persona, que es una cuestión de lealtades y conflictos arraigados en el tiempo. Dice que soy valiente por querer curarme de todo ello.

Mi tarotista dijo que el click está ahí, creyendo en mí, queriéndome y cero dispuesto a dejarme ir, pero que lo mejor para mi persona y mi salud mental es soltar.

Confieso que estas últimas semanas he estado mucho mejor; que ha habido días en los que me he sentido feliz y contenta, que cuando siento que me falta compartirlo con alguien están ustedes y las redes sociales me han servido para desahogarme y llenar el vacío. Confieso también que sus mensajes me derrumban y que aunque trato de ignorarlos siguen ahí... He querido responder pero ¿para decirle qué? No sé ni qué escribir. Esa confianza del principio se fue al caño cuando me vi descubierta. Siento que cada cosa que pueda decir es una bala más que carga a su rifle apuntado directamente a mi corazón para hacerme daño.

Dijo que haría lo que yo quisiera para estar bien conmigo.
Dijo que lo único que quería es que fuera feliz.
Dijo que me quería.
Y yo le dije que no quería ser cariñosa de nuevo porque tenía miedo.

Mis miedos se cumplieron.
Supongo que es la primera parte de superarlos. Supongo que es el primer paso para acabar con ellos.
Es la segunda vez que me enfrento a esto, y no quiero una tercera.

He tenido suficiente.

P.D. Te he dejado colgado en esta historia sin final pero es que aún no concluye nada. Siento dejarte con la duda pero honestamente ni yo sé lo que haré al respecto. Los sueños presagian cosas maravillosas y mi realidad me abofetea de tal manera que el espíritu necesita días para recuperarse. Espero no habernos complicado tanto. Y gracias por leerme.