Carta a un desconocido sin remitente || 3 || De la decepción a la ilusión || Club de escritura Fénix

 Hola tú.

Ya hace tanto tiempo de la última vez que te escribí que apenas y recuerdo lo que te conté.

Lo único seguro es que lo estaba intentando.

Vagamente recuerdo haberte platicado un poco del proceso de dejarlo, de hacerme la idea de que decir adiós era el acto más solidario y cargado de amor que podría hacer por mí. Todavía creo que eso es cierto y déjame contarte que aunque al fin se abrió una oportunidad para que se encontrara y (tal vez) nos encontráramos, resultó que siempre no.

“Déjame decirte que ahora mismo no quiero una relación”.

“Bueno, yo tampoco quiero una relación contigo”.

Imaginarás cuál fue mi línea y cómo brevemente se me partió el corazón, porque si bien había conseguido cerrar el ciclo, olvidé ponerle llave a esa puerta y con tan sólo un soplo de “veamos que pasa entre los dos”, y un leve empuje de “verdaderamente lo está intentando, puedo verlo y noto que es verdad”, el avance dio pasos hacia atrás.

Lo curioso es que me puse triste, pero no tan rota como estuve antes, y es que la ilusión de una nueva persona reaviva las llamas tan rápido que sabes desde el principio que esa hoguera arderá tan rápido que apenas alcanzará a brindar un poco de calor.

¿Qué pasó? Otro chico se me metió por los ojos -y por los oídos, y por cada poro de la piel-...

Ojalá pudiera darte más detalles, pero me descubrirían igual de rápido que este absurdo enamoramiento.

¿Absurdo?

Bueno, yo digo que lo es.

Es un tanto inalcanzable, es un chico casi perfecto (estoy esperando la trampa ahí porque sé bien que tal cosa no existe), es amable, dulce y cariñoso, y muy probablemente he confundido esa amabilidad y caballerosidad con algo más.

No todo el que te brinda una mano o una conversación agradable está enamorado de ti. Créeme cuando te digo que esa línea me la he repetido mil veces, pero del dicho al hecho… pues me enamoré.

Está bien, rebajemos un poco la palabra que incluso a mí me asusta. Digamos mejor que me gusta y ya.

Ojalá pudiera decir porqué me gusta, pero tan sólo verlo sonreír hace que mi corazón palpite muy fuerte. No digamos de escucharlo porque me derrito completamente. Tiene esa manera tan bonita de expresarse, es tan listo e inteligente, y algo de timidez también tiene que me dan ganas de robarle un par de besos. Así de loca me trae.

Ahí vienen las dudas: ¿seré lo suficientemente bonita para él?, ¿le molestará que ni siquiera yo misma me considere una “dama”?, ¿seré demasiado efusiva?, ¿pensará tantito en mí?

De cualquier manera las posibilidades son tan bajas que estoy prefiriendo callar. Agradezco, más que nada la ilusión de volver a querer a alguien, de saberme capaz de sentir afecto de nuevo. Le agradezco sobre todo que haya vuelto más llevadero mi separación con “aquel”, no sentirme tan vacía y continuar con la ilusión.

El proceso de enamorarse otra vez es tan bonito, que no importa el resultado tanto como saber que a pesar de tanto, mi corazón sigue latiendo más allá de bombear sangre.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Carta a un desconocido sin remitente || 1 || Desahogo sin sentido.

[Dorama Time] My ID is Gangnam Beauty || Reseña y opinión.

#YoEscriboTerror-Mariposa de plástico